En 1921, Emil Henriksson vendió un candado cilíndrico de su invención a la compañía Abloy. Este candado de forma cilíndrica ofrecía un cierre muy seguro y era producible en serie, y se convirtió en una de las innovaciones finlandesas más vendidas.

En 1921, Emil Henriksson vendió un candado cilíndrico de su invención a la compañía Abloy. Este candado de forma cilíndrica ofrecía un cierre muy seguro y era producible en serie, y se convirtió en una de las innovaciones finlandesas más vendidas.