El invierno de 1939‒1940 fue excepcionalmente duro, no sólo desde el punto de vista bélico sino también desde el punto meteorológico, ya que en los momentos de frío más extremo la temperatura en el frente descendía a los 30 grados bajo cero. Por este motivo, el traje para la nieve era en la línea de batalla un elemento muy importante para protegerse. Los civiles, por su parte, vestían uno para ocultarse de los bombarderos. La mayor parte de las veces se trataba de una capa tipo sábana confeccionada por la familia que quedaba en el hogar: madre, hermana o esposa.


El invierno de 1939‒1940 fue excepcionalmente duro, no sólo desde el punto de vista bélico sino también desde el punto meteorológico, ya que en los momentos de frío más extremo la temperatura en el frente descendía a los 30 grados bajo cero. Por este motivo, el traje para la nieve era en la línea de batalla un elemento muy importante para protegerse. Los civiles, por su parte, vestían uno para ocultarse de los bombarderos. La mayor parte de las veces se trataba de una capa tipo sábana confeccionada por la familia que quedaba en el hogar: madre, hermana o esposa.