La lectura a distancia se convirtió en 1992 en algo cotidiano cuando la empresa Buscom desarrolló el lector para usar en los autobuses. Se podían comprar los viajes necesarios para el abono recargable. El sensor de la máquina identificaba el abono hasta un metro de distancia.

La lectura a distancia se convirtió en 1992 en algo cotidiano cuando la empresa Buscom desarrolló el lector para usar en los autobuses. Se podían comprar los viajes necesarios para el abono recargable. El sensor de la máquina identificaba el abono hasta un metro de distancia.